Los cultivos de maíz, típicamente, exhiben una distribución irregular de los granos y un menor crecimiento como signos iniciales de deficiencia de boro. El arroz y otros granos (tales como trigo, cebada, avena y centeno) pueden sufrir clorosis y esterilidad de la planta. En la caña de azúcar, la falta de suficiente boro, a menudo, genera lesiones, necrosis y un desarrollo deficiente de las hojas.